En las cárceles puertorriqueñas existe hoy una cantidad indeterminada de reos cumpliendo sentencias de por vida por delitos cometidos cuando eran menores, según se reveló el lunes en un reportaje publicado por este diario. Esa es una cuestionable práctica que, según el Tribunal Supremo de Estados Unidos, viola la Octava Enmienda de la Constitución federal, que prohíbe los castigos crueles e inusitados.