El decomiso de 6,588 cajas de guineos, equivalentes a seis vagones, implica un desperdicio de aproximadamente $300,000 que Puerto Rico debió evitar exigiendo procesos rigurosos de control de calidad de los productos importados. El incidente es también un elocuente recordatorio de la urgencia de desarrollar estrategias que aseguren la sostenibilidad alimentaria del país, fomentando el agro local.