

13 de noviembre de 2025 - 11:10 PM


LOS ÁNGELES - Después de varias décadas sin haber producido una nueva generación de estrellas de cine masculinas que pudieran seguir los pasos de Tom Cruise, Bruce Willis o Arnold Schwarzenegger, Hollywood está volviendo a apostar en el talento de Glen Powell.
Esta semana el actor, que robó escenas en la primera temporada de “Scream Queens” para luego dar el brinco al estrellato junto a Cruise en la secuela de “Top Gun”, es el protagonista de una nueva adaptación de “The Running Man”.
Durante la rueda de promoción de la producción de Paramount Pictures, Powell tuvo un aparte exclusivo con El Nuevo Día sobre cumplir su sueño de ser dirigido por Edgar Wright y como el éxito nunca se convertirá en una barrera para conectar con el público.
Desde el principio de tu carrera siempre fue evidente lo mucho que disfrutas tu trabajo frente a la cámara, pero tu personaje en esta película no la está pasando bien para nada. ¿Fue difícil manejar la alegría de estar filmando una película con Edgar Wright con las emociones de frustración y furia que alimentan tu personaje en esta película?
GP- Esa es una muy buena observación. Mi personaje en esta película en realidad es la única persona que no la está pasando bien en pantalla. El mundo que Edgar creó en este filme es superdivertido, bien colorido y totalmente dinámico. También está la parte del reality show que tiene capturada la atención de todo el mundo. Lo que pasa es que yo interpreto al tipo que están tratando de cazar y matar en ese show. Lo cual limita los niveles de diversión de mi personaje. Pero para mí personalmente, poder estar en un set siendo dirigido por Edgar Wright es algo que había soñado toda mi vida. Así que detrás de las cámaras la pasamos superbien, pero al frente, mi personaje está en ansiedad y peligro toda la historia.
¿Necesitabas algún ritual para entrar en ese espacio o podías conectar rápido con esa situación?
GP- Tener que dramatizar situaciones de vida o muerte en cámara es algo curioso, pero en este caso es bien intenso, porque el mundo entero está tratando de cazar a este tipo. Así que en cada esquina y cada interacción trae la posibilidad de ese peligro. En realidad no hay un momento donde él pueda respirar o relajarse. Así que lo que requirió de mí fue usar mi imaginación para exaltar esa situación y que fuera divertido e intenso para el público. Fue como una variación de ser un chamaquito y estar jugando al escondite con tus amigos. Tienes la adrenalina, aunque nada malo va a pasar. Aquí es igual, pero esta es la versión más letal y entretenida de eso.
En varias de tus películas tus personajes se tienen que disfrazar. ¿Eso significa que nunca te disfrazas para Halloween?
GP- No, a mí me encantan los disfraces. De chamaquito íbamos a Walmart y yo quería disfrazarme. Para mí todo era una oportunidad para jugar y crear un personaje. Así que en mi casa no tiene que ser Halloween para que yo organice una fiesta de disfraces. A mí me encanta. Crea una energía diferente con la gente. Pero eso no significa que me guste esconderme o desaparecer. Es algo creativo y divertido.
Pero, ¿crees que es un reto más grande para ti cuando tienes que transformarte en otra persona sin usar ningún disfraz o maquillaje?
GP- Creo que todos, como seres humanos, tenemos muchos aspectos de nuestra personalidad. Ese es uno de los temas que desarrollé escribiendo el guion de “Hitman” con Linklater (Richard, cineasta). Creo que se nos ponen límites, pero la realidad es que no estamos completamente definidos y podemos ser muchas cosas a la misma vez. Todo depende de lo que esté pasando a tu alrededor. El ejemplo más fácil es cómo eres con tus amistades. Es probable que no te comportes igual con todos. No eres la misma persona cuando vas a un juego de fútbol que cuando vas a la ópera. Todos usamos versiones diferentes de nuestra personalidad dependiendo de la situación. Lo que es genial de este trabajo es que tengo la oportunidad de explorar eso. Descubrir partes de mí que no sabía o acentuar algunas partes que sí funcionan para el rol que esté interpretando.
Hace muchos años, yo me acerqué a hablar contigo en una ceremonia de premios para comentarte lo mucho que me había gustado “Everybody Wants Some!!”. Me imagino que con cada proyecto subsiguiente ese nivel de atención se ha multiplicado considerablemente. ¿Ha sido un reto balancear esa parte de tu trabajo?
GP- Para nada. Si alguien quiere hablar conmigo de una de mis películas, esa es una experiencia chulísima. Y sobre todo cuando es una como “Everybody Wants Some!!” que para mí es bien significativa. Pero eso no es una intrusión en mi vida privada. Es una validación de lo que hago. Porque las películas se hacen para que el público las vea y las disfrute. Y en esta, Edgar se ha encargado de darle un banquete para los sentidos. Así que nunca me va a molestar enterarme de que lo que hicimos le gustó a alguien.
Las noticias explicadas de forma sencilla y directa para entender lo más importante del día.

Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: