

4 de septiembre de 2025 - 11:10 PM
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC , por sus siglas en inglés) publicaron consejos clave para quienes tienen diabetes y salen a comer en Estados Unidos.
El organismo sanitario estadounidense advirtió que las porciones en restaurantes son cada vez más grandes y, sin planificación, pueden llevar al consumo excesivo.
Según Cleveland Clinic, la diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre es demasiado alto. Se desarrolla cuando el páncreas no produce suficiente insulina, no produce ninguna, o cuando el cuerpo no responde adecuadamente a los efectos de la insulina.
La diabetes afecta a personas de todas las edades. La mayoría de las formas de diabetes son crónicas (de por vida) y todas se controlan con medicamentos o cambios en el estilo de vida.
Para ayudar a mantener el control en un paseo social a un local de comida, los CDC elaboraron una guía con cuatro reglas prácticas que permiten disfrutar de una salida sin descuidar la salud.
1. Planificar el menú con anticipación
Decidir el pedido antes de llegar al restaurante ayuda a evitar elecciones impulsivas. En caso de que la comida se retrase, se sugiere consumir un refrigerio con fibra y proteína , como un puñado de nueces, para no llegar con hambre excesiva.
2. Empezar con agua y evitar tentaciones iniciales
Beber un vaso grande de agua apenas se llegue a la mesa. Y además, pedir que no lleven paneras, chips o salsas, que suelen fomentar el exceso. Decidir el menú antes de llegar ayuda a evitar elecciones poco saludables.
3. Elegir preparaciones más saludables
Dar preferencia a alimentos horneados, al vapor, a la parrilla o asados. Evitar frituras, empanados o comidas con salsas cremosas. Elegir vegetales como guarnición en vez de papas fritas.
4. Reducir azúcares y controlar las porciones
Prestar atención a recetas con términos como “barbacoa”, “miel”, “glaseado” o “teriyaki”. Pedir que salsas y aderezos vayan aparte, usar solo una pequeña cantidad, y considerar compartir el plato principal o guardar la mitad para más tarde.
Los CDC remarcan que vivir con diabetes no significa eliminar los postres de manera definitiva. Aunque los dulces y las tortas suelen estar asociados con un aumento rápido de la glucosa en sangre, el organismo aclara que se pueden disfrutar con moderación, dentro de un plan alimentario bien pensado.
El punto central es el contenido de carbohidratos. La mayoría de estos platos contienen azúcar, harinas y lácteos que elevan de manera rápida los niveles de glucosa. Por eso, los CDC recomiendan contar los carbohidratos diarios y distribuirlos de forma adecuada. Si se sabe de antemano que se comerá un postre, se pueden reducir los hidratos de carbono en el almuerzo o la cena para mantener el equilibrio. Conviene pedir que no lleven pan, chips o salsas a la mesa
La moderación es otro aspecto clave. El organismo sugiere comer los dulces lentamente, saboreando cada bocado, e incorporarlos junto con la comida principal o inmediatamente después. De esta forma, la porción suele ser más reducida y evita la sensación de privación.
También es posible realizar sustituciones inteligentes. El chocolate amargo, por ejemplo, tiene menos azúcares que el chocolate con leche o el blanco. La fruta fresca es una alternativa natural para calmar el antojo de dulce. Y en preparaciones caseras, se pueden utilizar bananas molidas o puré de manzana para endulzar, lo que aporta fibra y nutrientes adicionales.
Además, advierten que incluso las opciones “más saludables” contienen azúcares naturales y deben consumirse con control. La clave está en planificar, equilibrar y no prohibir de manera absoluta.
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