Venecia— Oprah Winfrey llegó a Venecia el jueves, encabezando una lista de invitados repleta de estrellas y celebridades que descienden a la ciudad de la laguna para la boda de fin de semana del fundador de Amazon, Jeff Bezos, y Lauren Sánchez.

El jet privado de Winfrey aterrizó en el aeropuerto Marco Polo de Venecia.

Los novios llegaron al muelle del Hotel Aman en el Gran Canal el miércoles, viajando en taxi acuático con botes de seguridad a cuestas. Unas horas más tarde salieron del hotel, con Sánchez luciendo un elegante vestido de un solo hombro a rayas blancas y negras.

Los detalles de la boda se han mantenido en secreto, aunque las ubicaciones ahora parecen haberse consolidado, al igual que la lista de invitados.

Ivanka Trump, su esposo Jared Kushner y sus tres hijos llegaron el miércoles.

Otras celebridades en la lista de invitados, según dos personas cercanas a la boda que hablaron bajo condición de anonimato, porque no estaban autorizadas a hablar públicamente, incluyen:

—Mick Jagger

—Katy Perry

—Leonardo DiCaprio

—Orlando Bloom

Los medios italianos informaron de la llegada o presencia de:

— El fundador de Microsoft, Bill Gates

— Kim Kardashian

— Diane von Furstenberg y su esposo Barry Diller

La boda ha dividido a Venecia, con algunos activistas protestando por ella como una explotación de la ciudad por el multimillonario Bezos, mientras que los residentes comunes sufren de exceso de turismo, altos costos de vivienda y la constante amenaza de inundaciones inducidas por el clima.

Los manifestantes dijeron que sus planes de interrumpir las llegadas de invitados a uno de los lugares de la boda obligaron a los organizadores a trasladar el evento al área más segura del Arsenale, más allá del congestionado centro de Venecia.

La administración de la ciudad ha defendido enérgicamente la boda como algo acorde con la tradición de Venecia como una ciudad abierta que durante siglos ha acogido a papas y emperadores, así como a visitantes comunes.

“Siempre respetaremos el derecho a expresarse, pero rechazamos toda forma de intolerancia y prejuicio”, dijo el alcalde Luigi Brugnaro en la edición del jueves del periódico italiano Il Foglio Quotidiano. “Nadie en Venecia puede reclamar el derecho de decidir quién puede entrar, quién puede amar, quién puede celebrar”.