McAllen, Texas - La sede de la compañía de cohetes de Elon Musk, SpaceX, en el sur de Texas, es ahora oficialmente una ciudad con un nombre galáctico: Starbase.

Una votación el sábado para convertir formalmente Starbase como ciudad fue aprobada por un margen abrumador entre el pequeño grupo de votantes que viven allí y que son en su mayoría empleados de Musk en SpaceX. Con todos los votos contados, el resultado fue de 212 a favor y 6 en contra, según los resultados publicados en línea por el Departamento de Elecciones del Condado Cameron.

Musk celebró en una publicación en su plataforma social, X, diciendo que es “¡ahora una ciudad real!”

Starbase es la instalación y el sitio de lanzamiento para el programa de cohetes de SpaceX que está bajo contrato con el Departamento de Defensa y la NASA, y que espera enviar astronautas de regreso a la Luna y algún día a Marte.

Musk propuso por primera vez la idea de Starbase en 2021 y la aprobación de la nueva ciudad era casi un hecho. De los 283 votantes elegibles en el área, se cree que la mayoría son trabajadores de Starbase.

El éxito electoral fue personal para Musk. La popularidad del multimillonario ha disminuido desde que se convirtió en la imagen pública —con todo y motosierra en mano— de los recortes federales de empleados y gastos del gobierno del presidente Donald Trump, y las ganancias de su compañía de automóviles Tesla han caído en picada.

SpaceX ha recibido un amplio apoyo de autoridades locales por sus empleos e inversiones en el área.

Pero la creación de una ciudad oficial de la empresa también ha suscitado preocupaciones sobre la expansión del control personal del magnate tecnológico sobre la zona, con la potencial autoridad para ordenar el cierre de una popular playa y de un parque estatal para realizar lanzamientos.

Los esfuerzos complementarios a la votación de la ciudad incluyen proyectos de ley en la Legislatura estatal que trasladarán la autoridad para ordenar cierres del condado a la ciudad de Starbase.

Todas estas medidas se producen en momentos en que SpaceX ha solicitado a las autoridades federales un permiso para aumentar de cinco a 25 el número de lanzamientos desde el sur de Texas al año.

La ciudad en el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México, tiene sólo alrededor de 3.9 kilómetros cuadrados (1.5 millas cuadradas), es atravesada por apenas algunos caminos y cuenta con varios remolques y modestas casas de mediados de siglo.

Los funcionarios de SpaceX no han dicho mucho de por qué quieren una ciudad de la empresa y no respondieron a las solicitudes de comentarios.

“Necesitamos la capacidad de hacer crecer Starbase como comunidad”, escribió la gerente general de Starbase, Kathryn Lueders, a funcionarios locales en 2024 en la solicitud de llevar a votación el tema de la ciudad.

La carta decía que la empresa ya gestiona carreteras y servicios públicos, así como “la provisión de educación y atención médica” para quienes viven en la propiedad.

Los funcionarios de SpaceX han dicho a los legisladores que otorgar a la ciudad la autoridad para cerrar la playa agilizará las operaciones de una empresa que tiene contratos con el Departamento de Defensa y la NASA. Los lanzamientos de cohetes y las pruebas de motores de SpaceX, e incluso simplemente mover cierto equipo alrededor de la base de lanzamiento, requieren del cierre de una carretera local y el acceso al Parque Estatal Boca Chica y la playa Boca Chica.

Los críticos señalan que la facultad de ordenar un cierre debe seguir siendo del gobierno del condado, que representa a una población más amplia que utiliza la playa y el parque. El juez del condado Cameron, Eddie Treviño, Jr., ha dicho que el condado ha trabajado bien con SpaceX y no hay necesidad de cambiar.

Otro proyecto de ley propuesto convertirá el incumplimiento de una orden de evacuación de la playa en un delito menor de Clase B punible hasta con 180 días de cárcel.

La South Texas Environmental Justice Network, que ha organizado protestas contra la votación de la ciudad y el tema del acceso a la playa, llevó a cabo otra manifestación el sábado que atrajo a docenas de personas.

Josette Hinojosa, cuya hija pequeña estaba construyendo un castillo de arena cerca, dijo que estaba participando para tratar de asegurar el acceso continuo a una playa que su familia ha disfrutado durante generaciones.

Con SpaceX, dijo Hinojosa, “algunos días está cerrada, y algunos días te rechazan”.

El organizador Christopher Basaldú , miembro de la tribu Nación Carrizo/Comecrudo de Texas, dijo que sus ancestros han estado en el área durante mucho tiempo, donde el Río Grande, como conocen en Estados Unidos al Río Bravo, se encuentra con el golfo.

“No solo es importante”, dijo, “es sagrado”.