A veces, las ciudades son como personas: nacen, crecen, evolucionan, mueren y se transforman. Lo que una generación pudo dar por sentado en su entorno urbano, años después transmuta en algo completamente diferente, irreconocible.
Esa ha sido la realidad de dos barrios de la zona metropolitana que una vez fueron municipios. El primero de estos, San Mateo de Cangrejos, fue fundado en 1773 y anexado en 1862, mientras que el segundo, el municipio de Río Piedras, fue fundado en 1823 y anexado en 1951.
Río Piedras: Enlace comercial y social
Tras la fundación del partido (municipio) de Río Piedras, en 1823, muy pronto el poblado evolucionaría como un punto de enlace entre la ciudad amurallada y el interior de la isla.
Según explica Carlos Gaztambide Arrillaga en su libro Historia de Río Piedras (1985), la realidad geográfica de Río Piedras le permitía aportar a la economía local a través de la producción de azúcar, casabe, algodón, café y frutos autóctonos; mientras que la pesca y la caza en el río, la quebrada y sus vegas, también era una importante fuente de alimento para toda la capital.
Ese año se le solicitó al entonces gobernador Miguel de la Torre que adquiriera terrenos en la zona para la creación de un recinto urbano. Esas tierras, una vez en manos del ayuntamiento, fueron divididas en lotes y concedidas a vecinos para la construcción de sus casas.
Esto despuntó en un acelerado crecimiento poblacional de la zona, habitada por propietarios de las haciendas y hatos, jornaleros, esclavos libertos y artesanos. En ese período, muchas familias adineradas de San Juan adquirieron terrenos en la zona con el objetivo de construir casas de campo y establecer haciendas.
Una posición estratégica
El “boom” poblacional que experimentó Río Piedras en esos primeros años estuvo relacionado con su posición estratégica, convirtiéndolo en el principal suplidor de alimentos y de agua potable de todo San Juan. También fue clave para la comunicación entre la capital y el resto de Puerto Rico, por lo que se convirtió en el principal centro de transportación pública con la creación, en 1835, de la primera línea de transporte que viajaba entre Río Piedras y el Viejo San Juan.
Tras la fundación de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en 1903, la población urbana despuntó vigorosamente, redundando en la creación, entre 1930 y 1952, de urbanizaciones aledañas al centro urbano, como lo son Hyde Park y Santa Rita.

En 1948, el rápido crecimiento demográfico impulsó a la Junta de Planificación a realizar una reorganización municipal donde el 58% de los terrenos fue denominado como zona urbana, mientras que el 42% como zona rural.
La zona urbana era conformada por los barrios Buen Consejo, Capetillo, Río Piedras Antiguo, El Cinco, Gobernador Piñero, Hato Rey Central, Hato Rey Norte, Hato Rey Sur, Universidad, Oriente, Sabana Llana Norte y Sabana Llana Sur; mientras que la rural incluía los barrios Caimito, Cupey, Monacillo, Quebrada Arenas, Sabana Llana Rural y Tortugo.
Para 1950, el municipio de Río Piedras contaba con 143,897 habitantes.
Anexión a San Juan
En 1949 se presentó un proyecto de anexión ante la Cámara de Representantes, pero fue descartado. Luego, en 1950, se presentó otro proyecto ante ese cuerpo legislativo que proponía la inclusión de Río Piedras en el municipio de San Juan. Este logró el apoyo de la mayoría del partido en el poder, el Partido Popular Democrático, pero no el del gobernador Luis Muñoz Marín. Los riopedrenses también se oponían a la anexión.
Sin embargo, los residentes de las urbanizaciones nuevas, muchos provenientes de San Juan, fueron un factor significativo para que la votación fuese favorable para la incorporación.
El 1 de julio de 1951, a través del proyecto 177 de la Cámara de Representantes, Río Piedras dejó de ser un municipio independiente y se convirtió en un barrio de San Juan.

San Mateo de Cangrejos: poblado de cimarrones
La llegada de esclavos negros fugitivos de territorios daneses, ingleses y holandeses en el Caribe fue un elemento formativo en el desarrollo de este antiguo municipio, destaca Gilberto Aponte Torres, en su investigación San Mateo de Cangrejos: comunidad cimarrona para la historia.
Esta migración de fugitivos ocurre como parte de una real cédula expedida en el año 1664 que prometía libertad a todos los esclavos africanos fugitivos de colonias no españolas en América, con el propósito tratar de fomentar el crecimiento de la población de Puerto Rico, debilitar a los países enemigos de España y propiciar la agricultura.
San Mateo de Cangrejos era conformado por los barrios Cangrejos Arriba, Machuchal, Puente, Seboruco y Hato del Rey.
Entre los siglos 18 y 19, la siembra de yuca y otros cultivos básicos, así como la pesca, fueron partes esenciales de la economía “cangrejera”. Aunque aún una economía de subsistencia, se generaban los suficientes excedentes como para justificar una presencia regular en el mercado de San Juan.
Rodeado de agua prácticamente por todas partes (la Bahía de San Juan, el caño San Antonio, la laguna del Condado, el caño Martín Peña, la laguna San José y el océano Atlántico) la actividad pesquera se desarrolló de manera natural. Evidencia de ello es la mención en las actas del Cabildo de San Juan sobre la existencia de corrales de pesca en San Mateo de Cangrejos.
Otras fuentes de sustento fueron la crianza de ganado y la venta de carbón y leña.

Retirada inglesa
Una de las condiciones para el establecimiento de los esclavos fugitivos en la zona fue el sumarse a la defensa militar de San Juan, al ser la ensenada de Cangrejos, hoy día la laguna del Condado, uno de los puntos más vulnerables de la capital.
A finales del siglo 18, Inglaterra buscaba dominar las rutas marítimas comerciales en el mundo. Fue en este escenario que, para lograr el control de la cuenca del Caribe, Gran Bretaña envió al general Ralph Abercromby y al almirante Henry Harvey al mando de una poderosa flota de guerra de unos 13 barcos.
La intención era tomar el control de las islas de Trinidad y Puerto Rico que, junto con la ya conquistada isla de Jamaica, formarían un triángulo de poder británico en la zona.
El 17 de abril de 1797 los ingleses desembarcaron en la ensenada y, desplazándose por los caños, llegaron a las trincheras de Seboruco, que resguardaban el acceso al Caño Martín Peña. Allí 92 milicianos de Cangrejos enfrentaron 3,910 soldados ingleses.
En un principio, el comandante inglés capturó Cangrejos y cortó la comunicación entre San Juan y el interior de la isla. No obstante, la intervención de las milicias urbanas de distintos puntos, así como la resistencia ejercida desde el fuerte San Jerónimo y el San Antonio a la entrada de la Isleta de San Juan, y la necesidad de suministros, forzaron una retirada inglesa.

Incorporación a la Ciudad Capital
El récord histórico muestra que el gobierno municipal de Cangrejos de principios del siglo 19 fue uno muy inestable, siendo la falta de ingresos al tesoro municipal uno de sus más grandes problemas. La cantidad de habitantes no era mucha y la actividad económica lenta. Se necesitaban mejores comunicaciones, así como el reparto de hatos y tierras baldías para estimular la producción agropecuaria.
Asimismo, la posesión de tierras era desproporcionada, quedando la mayoría de estas en manos de unos pocos terratenientes, de los cuales un número considerable eran absentistas (que no habitan la propiedad). En el 1862 el área actual de Santurce tenía 73 propietarios que pagaban impuestos por 1,989 cuerdas mientras que en el Hato del Rey tan solo 17 terratenientes pagaban impuestos por 3,054 cuerdas.
Una comisión evaluadora del Cabildo recomendó la anexión de Cangrejos a San Juan a través de la Real Orden del 11 de noviembre de 1862, que aprobó la supresión del municipio de San Mateo de Cangrejos, repartido proporcionalmente entre los municipios limítrofes.
Al municipio de Río Piedras pasó el barrio Hato del Rey (Hato Rey), a Carolina el barrio Cangrejos Arriba (Punta Las Marías e Isla Verde) y a San Juan pasaron varios barrios unificados que ocupaban los terrenos que actualmente conforman Santurce.
Como límites territoriales se fijaron el Caño Martín Peña, para separarle del municipio de Río Piedras, y la Laguna San José y el sector de Punta las Marías, como término jurisdiccional con el municipio de Carolina.
El trámite de traspaso de tierras concluyó en 1864.

Tras la anexión, en la década de 1880, vecinos del recién incorporado barrio pidieron al ayuntamiento un cambio de nombre de San Mateo de Cangrejos a Santurce, en honor a Pablo Ubarri Conde de San José de Santurce.
Ubarri había nacido en el pueblo vasco de Santurtzi, en España, y estaba en proceso de desarrollar un tranvía de vapor entre San Juan y Río Piedras que pasaría por lo que es hoy la avenida Ponce de León en Santurce.
El nombre del municipio entonces se cambió a Santurce, pero, a sus habitantes, siempre se les ha conocido como ”cangrejeros“.