

12 de noviembre de 2025 - 10:13 PM

Un atacante suicida se inmoló el martes ante las puertas de un tribunal de distrito en Islamabad, detonando sus explosivos junto a un vehículo policial y matando a 12 personas, dijo el ministro del Interior de Pakistán, como parte de un incremento de la violencia en todo el país.
Los testigos describieron escenas de caos. La explosión, que también hirió a 27 personas, se oyó a kilómetros de distancia y ocurrió en un momento del día en que el área fuera del tribunal suele estar abarrotada de cientos de visitantes.
Un grupo escindido del Talibán paquistaní, el grupo Jamaat-ul-Ahrar, se atribuyó la responsabilidad del atentado en mensajes que el líder del grupo, Omar Mukkaram Khurasani, envió a periodistas. Sin embargo, un comandante influyente dentro del grupo, Sarbakaf Mohmand, también envió mensajes negando cualquier vínculo con el ataque.
El grupo abandonó el Talibán paquistaní, o TTP, después de que el líder de Jamaat-ul-Ahrar fuera asesinado en una explosión en Afganistán en 2022. Aunque algunos miembros se reincorporaron recientemente al TTP, otros mantienen su distancia, señal de que existen diferencias continuas entre los insurgentes.
El TTP es un grupo separado pero aliado de los talibanes de Afganistán.
El grupo ha llevado a cabo ofensivas menores en los últimos años, pero su capacidad para atacar la capital paquistaní probablemente agravará aún más las luchas del gobierno del país mientras enfrenta un resurgente Talibán paquistaní, tensiones fronterizas y un frágil alto el fuego con el vecino Afganistán.
El atacante intentó “entrar en el recinto del tribunal, pero, al no lograrlo, apuntó a un vehículo policial”, dijo a los periodistas el ministro del Interior, Mohsin Naqvi. Informes anteriores de los medios estatales paquistaníes y dos funcionarios de seguridad dijeron que una bomba en un auto había causado la explosión.
Sin presentar pruebas, Naqvi alegó que el ataque fue “llevado a cabo por elementos respaldados por India y aliados talibanes afganos” vinculados al Talibán paquistaní. Aun así, dijo que las autoridades “investigan todos los aspectos” de la explosión.
En Nueva Delhi, Randhir Jaswal, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, rechazó la acusación paquistaní calificándola de infundada. “La comunidad internacional está bien consciente de la realidad y no se dejará engañar por las desesperadas maniobras de distracción de Pakistán”, dijo en un comunicado.
El ataque provocó una condena generalizada, incluso de Estados Unidos, China, Arabia Saudita, Qatar, Turquía y las Naciones Unidas. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió una investigación completa y reiteró que “todos los perpetradores del terrorismo deben rendir cuentas”, dijo el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq.
La policía acordonó rápidamente el área alrededor del tribunal mientras una nube de humo se elevaba al cielo tras la explosión. Las víctimas eran en su mayoría transeúntes o personas que habían llegado para audiencias en el tribunal, según la policía de Islamabad.
Más de una docena de personas gravemente heridas gritaban pidiendo ayuda mientras las ambulancias se apresuraban al lugar. “La gente comenzó a correr en todas direcciones”, comentó Mohammad Afzal, quien estaba en el tribunal cuando oyó la explosión.
Naqvi dijo que el descubrimiento cercano de una cabeza cercenada, que la policía dijo pertenecía al agresor, confirmó que la explosión fue un ataque suicida. El atacante también fue visto más tarde en imágenes de circuito cerrado del lugar, dijo. Señaló que el atacante no fue incluido en el conteo de 12 muertos.
Mientras tanto, las fuerzas de seguridad paquistaníes dijeron haber frustrado un intento de milicianos de tomar como rehenes a cadetes en un colegio administrado por el Ejército durante la noche, cuando un atacante suicida con coche bomba y otros cinco agresores atacaron la instalación en una provincia del noroeste.
Las autoridades culparon al TTP. Éste negó su participación en el ataque del lunes, y el martes, su portavoz Mohammad Khurasani también negó su participación en el ataque de ese día.
El ataque comenzó cuando un agresor intentó asaltar el colegio de cadetes en Wana, una ciudad en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa cerca de la frontera afgana. El área había servido hasta hace pocos años como base para los talibanes paquistaníes, Al Qaeda y otros milicianos extranjeros.
Según Alamgir Mahsud, el jefe de policía local, dos de los milicianos fueron abatidos rápidamente por las tropas mientras que otros tres lograron entrar en el complejo antes de ser acorralados en un bloque administrativo. Dijo que la operación de limpieza aún estaba en marcha el martes, unas 20 horas después del ataque.
El bloque administrativo está alejado del edificio que alberga a cientos de alumnos y miembros del personal, quienes fueron rápidamente evacuados a lugares más seguros por comandos paquistaníes.
No hubo informes inmediatos de que alguien de los estudiantes o el personal resultara herido. El Ejército no ha proporcionado ninguna información sobre bajas militares.
El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, criticó ambos ataques y pidió una investigación completa, según un comunicado emitido en Islamabad.
Dijo que los responsables deben ser llevados ante la justicia rápidamente.
“Garantizaremos que los perpetradores sean aprehendidos y que rindan cuentas”, dijo.
Sharif describió los ataques a civiles desarmados como “reprochables” y agregó: “No permitiremos que la sangre de inocentes paquistaníes se derrame en vano”.
El ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Mohammad Asif, dijo en X que el país está en estado de guerra y culpó al gobierno talibán en Afganistán, al que Islamabad acusa de albergar al TTP.
Afganistán “puede actuar para detener el terrorismo en Pakistán, pero llevar esta guerra a Islamabad es un mensaje de Kabul”, dijo Asif y advirtió que Pakistán “tiene la fuerza para responder plenamente”.
Pakistán ha prohibido al TTP, también conocido como Tehrik-e-Taliban Pakistán, y Estados Unidos y las Naciones Unidas han designado al grupo como una organización terrorista. La toma de poder de los talibanes afganos en Kabul en 2021 envalentonó al TTP, y se cree que muchos de sus líderes y combatientes se han refugiado en Afganistán. Kabul niega que esté protegiendo al TTP.
Pakistán ha registrado un aumento en los ataques milicianos en los últimos años. El asalto más mortífero a una escuela ocurrió en 2014 cuando una facción escindida del TTP mató a 154 personas, en su mayoría niños, en una escuela administrada por el Ejército en Peshawar. El Ejército afirmó que los atacantes de Wana querían repetir lo sucedido durante el ataque de 2014 en Peshawar.
Las tensiones entre Pakistán y Afganistán han aumentado en los últimos meses. Kabul culpó a Islamabad por los ataques con drones ocurridos el 9 de octubre, en los que murieron varias personas en la capital afgana y prometió represalias. Los enfrentamientos transfronterizos resultantes mataron a docenas de soldados, civiles y milicianos antes de que Qatar mediara un alto el fuego el 19 de octubre, que sigue vigente.
Desde entonces se han llevado a cabo dos rondas de conversaciones de paz en Estambul —la más reciente, el jueves— pero terminaron sin acuerdo después de que Kabul se negó a proporcionar una garantía por escrito de que el TTP y otros grupos armados no usarían el territorio afgano contra Pakistán.
Un breve alto el fuego anterior entre Pakistán y el TTP, mediado por Kabul en 2022, fracasó más tarde después de que el grupo acusara a Islamabad de violarlo.
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