A medida que aumenta la presión para que se envíe más ayuda a Gaza, Israel parece estar cambiando de rumbo y podría permitir que los grupos de ayuda que operan en la franja devastada sigan a cargo de la asistencia no alimentaria, mientras que la distribución de alimentos quedaría en manos de un grupo recién establecido respaldado por Estados Unidos, según una carta obtenida por The Associated Press.

El desarrollo indica que Israel podría estar dando marcha atrás a sus planes de controlar estrictamente toda la ayuda a Gaza y evitar que las agencias de ayuda establecidas durante mucho tiempo en el territorio la entreguen de la misma manera que lo han hecho en el pasado.

Israel acusa a Hamas de desviar la ayuda, pero las Naciones Unidas y los grupos de ayuda niegan que haya una desviación significativa. La ONU ha rechazado el plan de Israel, diciendo que permite a Israel utilizar los alimentos como arma, viola los principios humanitarios y no será efectivo.

Israel había bloqueado la entrada de alimentos, combustible, medicamentos y todos los demás suministros a Gaza durante casi tres meses, lo que agravó la crisis humanitaria para 2.3 millones de palestinos allí. Los expertos han advertido sobre un alto riesgo de hambruna y la crítica y la indignación internacional por la ofensiva de Israel se han intensificado.

Incluso Estados Unidos, un aliado incondicional, ha expresado su preocupación por la crisis alimentaria.

La carta, fechada el 22 de mayo, es de Jake Wood, el jefe de la Fundación Humanitaria de Gaza aprobada por Israel, o GHF, y está dirigida a COGAT, la agencia militar israelí a cargo de transferir ayuda al territorio.

Dice que Israel y GHF han acordado permitir que la ayuda humanitaria no alimentaria, desde suministros médicos hasta artículos de higiene y materiales para refugios, se maneje y distribuya bajo un sistema existente, que está dirigido por las Naciones Unidas. Las agencias de la ONU han proporcionado hasta ahora la mayor parte de la ayuda para Gaza.

La fundación seguiría manteniendo el control de la distribución de alimentos, pero habría un período de superposición con los grupos de ayuda, según la carta.

“GHF reconoce que no poseemos la capacidad técnica o la infraestructura de campo para gestionar tales distribuciones de forma independiente, y apoyamos plenamente el liderazgo de estos actores establecidos en este ámbito”, dice la carta.

La fundación confirmó la autenticidad de la carta. Un portavoz de GHF dijo que el acuerdo con Israel se produjo después de una persistente defensa. Si bien reconoció que muchos grupos de ayuda siguen oponiéndose al plan, dijo que GHF continuará abogando por una expansión de la ayuda a Gaza y para permitir que el trabajo de los grupos de ayuda en la franja continúe.

COGAT se negó a comentar sobre la carta y remitió a la AP a la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que no respondió a una solicitud de comentarios.

Los funcionarios de la ONU tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios.

La GHF, que aún no está funcionando en Gaza, está dirigida por contratistas de seguridad, ex oficiales militares y funcionarios de ayuda humanitaria, y cuenta con el respaldo de Israel.

El grupo dice que planea manejar la ayuda alimentaria, inicialmente desde un puñado de centros en el sur y centro de Gaza con contratistas privados armados que custodiarían la distribución. Se abrirán sitios adicionales dentro de un mes, incluido en el norte de Gaza.

La carta dice que las agencias de ayuda continuarán brindando asistencia alimentaria en paralelo a la GHF hasta que al menos ocho sitios estén en funcionamiento.

Los grupos de ayuda han estado rechazando los planes de GHF e Israel para hacerse cargo del manejo de la ayuda alimentaria, diciendo que podría desplazar por la fuerza a un gran número de palestinos al empujarlos hacia los centros de distribución y que la fundación no tiene la capacidad para satisfacer las necesidades de los palestinos en Gaza.

Tampoco está claro quién financia a GHF, que afirma tener más de $100 millones en compromisos de un donante gubernamental extranjero, pero no ha nombrado al donante.

La carta dice que Wood, de GHF, estuvo en una llamada con los directores ejecutivos de seis grupos de ayuda discutiendo los nuevos planes, incluidos Save the Children, International Medical Corps, Catholic Relief Services, Mercy Corps, CARE International y Project HOPE.

Rabih Torbay, jefe de Project HOPE, confirmó la llamada y dijo que su organización se sintió alentada al escuchar que la entrega de medicamentos y otros artículos no alimentarios continuaría bajo el sistema actual.

Sin embargo, Torbay hizo un llamado para que se permita el ingreso de ayuda alimentaria a Gaza sin “obstrucción o politización”.

Un portavoz de CARE dijo que ha compartido sus preocupaciones con respecto a la propuesta de GHF para la distribución de alimentos en los centros y reiteró la importancia de utilizar los mecanismos de distribución existentes bajo la ONU. El portavoz dijo que la reunión fue una oportunidad para hacer muchas preguntas, pero la asistencia de CARE no fue un respaldo al esfuerzo.

Mairav Zonszein, analista senior sobre Israel para el International Crisis Group, dice que la carta es una clara señal de que tanto Israel como GHF reconocen la catástrofe humanitaria que enfrenta la gente en Gaza y la necesidad de ayuda inmediata.

“GHF e Israel están claramente luchando para obtener algo que funcione, o al menos la apariencia de ayuda funcional, y que este mecanismo no está listo, equipado o adecuado para las necesidades de la población en Gaza”, dijo Zonszein.

Ahmed Bayram, portavoz de Oriente Medio para el Consejo Noruego para los Refugiados, dijo que Israel es parte del conflicto y no debería estar al control de la distribución de ayuda.

“La interferencia de Israel en partes o en todo ese proceso sería perjudicial para la independencia y la neutralidad de la ayuda humanitaria”, dijo Bayram.

GHF fue objeto de un mayor escrutinio esta semana, con TRIAL International, un grupo de defensa con sede en Ginebra que se centra en la justicia internacional, diciendo el viernes que estaba tomando medidas legales para instar a las autoridades suizas a monitorear al grupo, que está registrado en Suiza.

El portavoz de la fundación ha insistido en que cumple con los principios humanitarios y opera libre del control israelí. El portavoz, hablando de forma anónima bajo la política de la fundación, le dijo a la AP a principios de esta semana que no es una operación militar y que sus guardias de seguridad armados son necesarios para que funcione en Gaza.

La guerra en Gaza comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamas atacaron el sur de Israel, matando a 1,200 personas y secuestrando a 251 más. La ofensiva de represalia de Israel ha matado a más de 53,000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no diferencia entre civiles y combatientes en su recuento.