

26 de noviembre de 2025 - 8:18 AM

Río Cauto - Miles de cubanos siguen sin electricidad, agua ni refugio adecuado casi un mes después de que el huracán Melissa azotara la región oriental de la isla como una de las tormentas atlánticas más fuertes de la historia.
De día, las familias caminan hacia el río más cercano para llenar recipientes de plástico con agua y, de noche, se apiñan para dormir bajo refugios provisionales y tiendas de campaña.
“Lo perdimos todo en la inundación”, dijo Lucía García, de 80 años. “Estoy muy deprimida y muy triste aquí”.
García vive en una pequeña aula con sus dos hijos, de 45 y 55 años, y su marido enfermo de 81 años, que sigue postrado en cama.
La escuela donde se alojan, en la localidad de Río Cauto, sirve de refugio a 14 familias y les proporciona comidas diarias a ellos y a otras 25 familias que viven con parientes y vecinos. Cada tres o cuatro días pasan camiones de reparto de agua.
Muchos de los habitantes de la ciudad vivían junto al río y perdieron sus casas después de que Melissa atravesara el este de Cuba, obligando a las presas cercanas a liberar enormes cantidades de agua.
Más de 2,300 personas fueron evacuadas de la zona de Río Cauto, y más de 750 se alojaron en casas particulares, según un informe publicado el 10 de noviembre en el diario oficial Granma. Afirmaba que el regreso de los residentes a sus hogares “ha concluido”.
También se registraron daños importantes en la cercana ciudad de Los Mangos, donde los residentes dijeron que se produjeron inundaciones masivas un día después de que la tormenta tocara tierra.
“Al amanecer, todo el pueblo estaba bajo el agua”, recuerda Anisleydis Hidalgo.
“Nos evacuaron antes de que llegara el huracán”, dijo. “Cuando volvimos a casa, vinieron a decirnos que habría inundaciones... pero nadie esperaba que el agua alcanzara el nivel que alcanzó”.
Vive en una tienda de campaña de estilo militar con su hija de 5 años y otras dos familias.
Lianet Socarras, trabajadora social de Los Mangos, dijo que 58 personas, entre ellas 30 niños, comparten 10 tiendas de campaña donadas por el gobierno de la India.
“El problema más crítico que tenemos ahora es el suministro de agua potable en la comunidad”, dijo, señalando que no hay ninguno.
Colchones empapados, electrodomésticos, ropa, comida, muebles y otras pertenencias permanecen esparcidos fuera de las casas, con el olor de los cadáveres en descomposición de los animales muertos durante la tormenta sobrevolando la ciudad.
Ni el huracán ni las inundaciones dañaron el sistema eléctrico de Los Mangos, pero los cortes programados han durado muchas horas, agravando aún más una situación ya de por sí difícil.
En el municipio costero de Guamá, en el sur del país, varias localidades siguen sufriendo los efectos de la tormenta.
“El mar entró en mi casa y empapó colchones, electrodomésticos y todo lo que había”, dijo Altagracia Fonseca, una jubilada de 65 años.
Hace poco se dirigió a un río cercano para lavar parte de la ropa que pudo salvar tras la tormenta.
Antes de que Melissa la golpeara, había evacuado y metido en la maleta solo dos mudas de ropa, un cepillo de dientes, pasta dentífrica y una toalla.
“Empaqueté las cosas como haría alguien que va a estar fuera de casa durante un día”, dijo mientras rompía a llorar. “Nunca imaginé que encontraría mi casa en tal estado de deterioro. Fue triste, muy doloroso”.
Elizandra Sorrilla se encontraba en una situación similar.
“Metí ropa para mí y para mis hijos en una mochila; es todo lo que tenemos”, dijo. “Es algo que ninguno de nosotros olvidará jamás”.
Sorrilla, junto con su marido, sus dos hijos y su perro, Roki, viven en una pequeña tienda de comestibles donde han improvisado una cocina y un espacio que sirve a la vez de dormitorio y sala de estar.
“Nos dicen que nos van a ayudar, pero los recursos aún no han llegado”, dijo Sorrilla.
Los cortes de electricidad son constantes en Guamá, y funcionarios de la Unión Eléctrica Nacional advirtieron que las reparaciones podrían tardar hasta mediados de diciembre.
Pero la paciencia se agota.
Los habitantes de la localidad de El Carmen bloquearon recientemente una carretera principal con árboles caídos y postes eléctricos, señalando que se habían quedado sin electricidad, incluso antes del paso de Melissa.
“Todo el mundo quiere electricidad y estamos trabajando sin descanso para conseguirlo”, dijo Alfredo López, director general de la Unión Eléctrica Nacional, en una acalorada discusión con los residentes en medio de la carretera bloqueada.
Aunque se están distribuyendo alimentos, colchones, tejas y otros artículos a los afectados por la tormenta, muchas necesidades siguen sin cubrirse, ya que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos están en su punto más tenso desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, y el secretario de Estado, Marco Rubio, asumieron el cargo.
Han aplicado un endurecimiento radical de las sanciones contra la isla que se impusieron hace más de seis décadas para presionarla a cambiar su modelo económico.
No se registraron muertes relacionadas con la tormenta en Cuba, donde las autoridades evacuaron a más de 700,000 personas de las zonas costeras.
La ONU dijo que unas 53,000 personas en Cuba no han podido regresar a sus hogares, incluidas 7,500 que viven en refugios oficiales.
Melissa también tocó tierra en Jamaica, donde se registraron al menos 45 muertos, y sus bandas exteriores barrieron Haití, donde murieron al menos 43 personas.
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Esta historia fue traducida del inglés al español con una herramienta de inteligencia artificial y fue revisada por un editor antes de su publicación.
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