El presidente de China, Xi Jinping, llegó el lunes a Moscú para una visita de tres días que demostraba la nueva soltura diplomática de Beijing en asuntos internacionales y ofrecía un bienvenido apoyo político al presidente de Rusia, Vladímir Putin, apenas unos días después de que se emitiera una orden internacional de arresto en su contra por cargos de crímenes de guerra asociados a la guerra de Ucrania.