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La presidenta alterna de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), Jessika Padilla Rivera, aclaró que la cantidad de certificados de defunción que deben evaluar para depurar el registro electoral bajó de 36,000 a 33,297, pero reveló que la cifra incluye a menores de edad, entre ellos “bebés que fallecieron”.

Padilla Rivera reconoció que la CEE aún no ha completado la faena y está por verse si pueden terminar antes del cierre del registro electoral, contemplado para el 13 de abril, de cara a las primarias del 2 de junio.

“Estamos hablando de un número final de 33,297. Estos 33,297, obviamente, hay que depurarlos toda vez que estamos hablando que aquí hay expediciones de certificados (de defunción) e incluso también se nos advirtió que de este número total también se incluyen los certificados de defunción de menores de 18 años”, contó la funcionaria.

“Así que estamos hablando que también la base de datos que se comparte con la Comisión, (el registro) tiene bebés que fallecieron y evidentemente los bebés no están inscritos (para votar)”, agregó.

El organismo electoral recibe la información del Registro Demográfico y debe comparar los certificados de defunción expedidos con el registro electoral para poder desactivar aquellos electores que hayan fallecido en los últimos años.

Sobre cuántos menores fallecidos, que no son electores hábiles, pudieran haber entre los 33,297 muertos, Padilla Rivera dijo que desconoce. “Tenemos que filtrarlo. Esta instrucción se le dio a la Oficina de Sistemas de Información y Procesamiento Electrónico para que puede filtrar, por fecha de nacimiento, cuáles se excluirían de esa lista”, explicó.

Acto seguido, y a modo de ejemplo, expuso que deben ser cautelosos porque hay nombres iguales, con los mismos apellidos o iniciales, lo cual supone un reto para la CEE.

“Finalmente, lo que tenemos que ver es cómo podemos depurar el registro para eliminar los menores de 18 años, para eliminar los duplicados y, finalmente, poder decir: ‘bueno pues el número es este’”, afirmó.

Previamente, Padilla Rivera había revelado que en el registro electoral había 36,000 personas difuntas, un número acumulado desde noviembre de 2022 hasta el presente y que la CEE se mantenía en la tarea de eliminar esos nombres del registro electoral, aunque con la asistencia de pocos empleados.

El Nuevo Día supo que en una reunión del pleno de la CEE, la semana pasada, se reveló que el archivo de defunciones, provisto por el Registro Demográfico, no se descarga en el organismo electoral desde agosto de 2023, labor que requiere del visto bueno del secretario Rolando Cuevas.

En cuanto al trabajo de depurar el registro electoral, se determinó extender el horario de la Oficina de Exclusiones de la CEE e inyectarle personal de otras áreas. Este esfuerzo de la CEE se une a otro igual de medular de cara al 13 de abril: solucionar los problemas que confronta el registro electrónico de electores, llamado e-RE, que pudiesen desembocar en que miles de electores no sepan dónde votar y, como consecuencia, desistan de hacerlo.

El registro electoral, que para este año se pretende usar de manera digital, contiene el listado de electores hábiles para sufragar. Pero, los problemas con el e-RE, al igual que con la depuración del registro electoral, se atienden manualmente, ha dicho Padilla Rivera.

“En la medida que esto se atiende de manera manual, pues si estamos viendo cómo puede ser un poco retante la cosa”, reconoció la funcionaria.