Qué extraño paisaje el de un país que elige a un negro como presidente y así pareciera enterrar todo su pasado de intolerancia racial, pero vuelve siempre a enseñar su lado oscuro, que parece atávico
Qué extraño paisaje el de un país que elige a un negro como presidente y así pareciera enterrar todo su pasado de intolerancia racial, pero vuelve siempre a enseñar su lado oscuro, que parece atávico
L a lista parecer ser la de un grupo de ciudadanos llamados a recibir diplomas de honor por servicios distinguidos a su comunidad: está la directora de una biblioteca de barrio que espera por su jubilación tras muchos años de servicio; una consejera de carrera para estudiantes universitarios; una patóloga del lenguaje y entrenadora de un equipo de atletismo, que adoraba la música “góspel”; un recién graduado en administración de empresas, servicial y emprendedor, que se define en su cuenta de Instagram como poeta, artista y empresario; un pastor que empezó a predicar a los 13 años de edad y a los 18 ya tenía su iglesia. Y hay también otros de perfiles más modestos, como la cantante de coro de 87 años, aficionada a las máquinas tragamonedas y cuya ambición es conocer un día la Torre Ellis de Chicago, o la que hace trabajos de limpieza y presta servicios de sacristana voluntaria.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: