Ser actriz latina en Hollywood
Estas son mis reflexiones sobre la situación histórica y actual de las actrices y los actores latinos en el mercado norteamericano, en ocasión de la celebración del Mes de la Herencia Hispana en Estados Unidos. Antes se nos usaba mucho en el cine silente y luego en los musicales, pero no se hacían historias humanas serias. Solo estábamos para entretener.
“Fast forward” a la situación en el presente. En el cine casi no existimos. En la televisión estamos presentes, pero la mayor parte del tiempo en papeles secundarios o más pequeños. Cuando somos protagonistas, la mayoría de las veces son actores masculinos que interpretan al detective, el doctor, el policía, etc.
A las actrices jóvenes latinas también les dan los roles de la detective, la bombera, la policía o la enfermera. Pero no veo doctoras, abogadas o fiscales.
Cuando maduramos en edad, la mayoría de los papeles son de madre, abuela, tía, sirvienta, inmigrante ilegal, vendedora de drogas... Casi nunca se nos dan papeles principales de envergadura, de preparación intelectual o de personas educadas en una profesión. Y cuando nos los dan, no es el papel principal en la pieza; es otro “supporting role” o “guest star”. Todavía es difícil para las actrices y los actores latinos ser vistos como el personaje que lleva la historia principal de un show.
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Irónicamente, las veces que se han hecho programas en Estados Unidos que convirtieron en estrellas a sus protagonistas latinos fueron shows que venían originalmente de Latinoamérica, como “Ugly Betty” (Betty La Fea) de Colombia; “Devious Maids” (de México) y “Jane the Virgin” (Juana la Virgen) de Venezuela. Todos estos shows convirtieron en estrellas latinas en los Estados Unidos a sus protagonistas. ¿Por qué? Porque presentaban historias auténticas, humanas y no estereotipadas que le dieron la oportunidad a escritores norteamericanos de hacer adaptaciones a la realidad latina en Estados Unidos y al público norteamericano para que nos conociera como seres humanos y no solo como estereotipos.
Ivonne Coll: “Todas las oportunidades yo las he agarrado”
Yo personalmente he hecho papeles de siquiatra, trabajadora social, sicóloga, pediatra, limpiadora de oficina, “coyota” y.... muchas madres y abuelas, que es lo único que nos dan a las actrices latinas cuando somos “mayorcitas”. Esto no sucede con las actrices de mi edad que son blancas anglosajonas, como Meryl Streep, Glenn Close, Judi Dench, etc. Creo que nunca han hecho de abuelas. Y no hay nada malo en hacer de abuela, excepto que ya el sistema no te quiere ver para otra cosa.
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Esto me recuerda que cuando hicieron “La Casa de los Espíritus” en inglés, en el cine Meryl Streep, Jeremy Irons y Glenn Close fueron los protagonistas “chilenos”. Los estereotipos fueron a María Conchita Alonso (haciendo de prostituta), Antonio Banderas (como el rebelde) y Miriam Colón (haciendo de la sirvienta). Pero eso fue en la década de 1980.
Hoy hay más intervención en el mercado juvenil, de Disney por ejemplo, con nuestros niños actores, lo que representa más oportunidades para ellos. Muchas de nuestras estrellas, como Selena Gómez, América Ferrera, Gina Rodríguez y Zoe Saldaña están produciendo series de televisión.
Hay que recordar además que la población más grande de latinos en Estados Unidos es la comunidad méxico-americana, ya que son 25 millones o más de habitantes. Todos los demás vinimos de diferentes países y culturas. Eso hace que no exista una fuerte unidad cultural, como una sola fuerza que nos defina ante la cultura anglosajona, que al momento nos ve a todos como mexicanos. Este es otro de los retos que confronta el actor de ascendencia hispana en los Estados Unidos.
La ventaja del trabajo actoral en Estados Unidos es que se considera una profesión, con uniones que la definen. La primera unión a la que pertenecí fue la de teatro, gracias a mi primer trabajo en el Puerto Rican Traveling Theatre. Ese trabajo me cualificó para pertenecer a la Unión de Actores de Teatro (AEA). Luego hice un comercial de SAG y pude entrar a la Unión de Cine y Televisión. Posteriormente también ingresé en AFTRA, la unión de programas de día en televisión. Estas uniones me proveen ahora pensiones y cuando trabajas te dan seguro médico y hasta beneficios por desempleo, si los necesitaras.
Yo le llamo al “show business” el “business del show”. Es una profesión y es un negocio en el cual se invierten millones de dólares en producción para mandar al mundo entero y del cual puedes seguir ganando regalías de tu trabajo actoral, según se presente en diferentes partes del mundo, aviones, barcos, etc.
Los actores latinos están suficientemente educados para competir en cualquier papel y a veces algunos hacen ese “crossover”. Nuestros actores de Puerto Rico que compiten allá están muy bien preparados. Personalmente, estudié técnicas actorales durante siete años para poder competir.
Es cuestión de tiempo, de tener buenos agentes y de que, poco a poco, dejen a nuestros escritores “american-latinos” que escriben para ese mercado -que son muchos y buenos- decir nuestras historias con nuestra autenticidad y nuestras diferencias culturales.
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