El 17 de julio de 2019 se registrará en la historia de Puerto Rico como el principio del fin de la política tradicional. Estamos a las puertas de una nueva era. Por primera vez en mi vida este pueblo se une para afirmar su voluntad por un país mejor.

El futuro podrá parecer incierto pero nuestro deseo de cambio es inquebrantable. Hemos tomado las calles de San Juan. Lo mejor de nuestro país, atletas, artistas, trabajadores/as, jóvenes y viejos hemos dicho basta y echado a andar. La marcha de la historia deja atrás al PNPPPD. 

Ricky, la kakistocracia y la partidocracia han perdido toda legitimidad. Negarse a renunciar es echarle gasolina al fuego que el propio gobernador y su camarilla de granujas iniciaron.

No hay vuelta atrás; o renuncia o lanza el país al caos. Los motines violentos que sucedieron la protesta masiva son resultado de la obstinación y falta de sensatez del gobernador. La rabia popular se expresa de múltiples formas, la violencia es una de ellas. No podemos condonar la violencia. La verdadera respuesta a la maldad es la protesta pacífica y la desobediencia civil masiva.

José Martí dijo: “Antes todo se hacía con los puños: ahora, la fuerza está en el saber, más que en los puñetazos…” A veces el valor se demuestra conteniendo la respuesta violenta. Como dijo Ricky Martin, “ahora no podemos parar”. Mantengamos viva la llama de protesta, la perseverancia y la verdad son nuestras armas más efectivas. Continuemos nuestro grito: #RickyRenuncia