

Hay ruidos que advierten, otros paralizan y algunos intimidan. Lo desconocido es, a menudo, una experiencia humana que llama al prejuicio o al miedo. Recuerdo mis noches de infancia en casa de mis abuelos en Guayama. Me costaba conciliar el sueño: cada crujido de las paredes de madera me hacía temer el ingreso de un pillo. Con el tiempo crecí y aprendí a convivir con esos misteriosos sonidos. Algo parecido ocurre con muchas personas al escuchar el ruido provocado por la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en nuestras tareas cotidianas.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: