

En una nueva arremetida contra El Nacional el 25 de enero, el periodista José Gregorio Meza fue sacado de su casa por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. Un fiscal le informó que sería interrogado por unos trabajos de investigación publicados en El Nacional. Más tarde, cuando fue liberado, el organismo se quedó con su teléfono. Se le notificó que debía volver al día siguiente, jueves 26, para nuevo interrogatorio. Cuando regresó, tal como informó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, le continuaron el interrogatorio y le devolvieron el teléfono, seguramente después de haber copiado la base de datos. Escribo este artículo la mañana del viernes 27 de enero. A esta hora, no sabemos hacia dónde se dirige esta nueva arremetida del régimen de Nicolás Maduro en contra de El Nacional y sus trabajadores. Lo que sí tengo claro es que un régimen dictatorial no tolera una prensa libre que investigue y denuncie la corrupción.
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