
Opinión
Explica ideas y extrae conclusiones basadas en la interpretación de hechos y datos.
Desde el cristianismo primitivo hasta la era de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, se ha establecido que la vida y la dignidad de todo ser humano tiene el mismo valor independientemente de su origen, raza, género, religión o visión de mundo. Por eso asesinar a un ser humano es, en principio, un delito sin importar la justificación de dicho acto. En la práctica, las narrativas políticas revelan la gran contradicción de nuestra época: unas vidas parecen valer más que otras.
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