1 de noviembre de 2025 - 2:15 PM

Como antesala al Día de los Fieles Difuntos, una decena de adolescentes de la Arquidiócesis de San Juan de la Iglesia católica recorrió este sábado el cementerio La Piedad, en Cupey, para orar por personas que han perdido seres queridos, bajo la llamada “Misión Esperanza” que se celebra desde 2020 en la isla.
“Es una experiencia muy bonita, porque es una comunidad que se une para orar por los necesitados, los que están sufriendo por los que se han ido al cielo. Es bonito ver el impacto que le puede dar a alguien una simple oración”, expresó Natalia Adames, de 16 años.
Era la segunda vez que Adames participaba, junto a otros jóvenes, de la jornada que impulsa el acompañamiento comunitario y permite que generaciones interactúen y compartan experiencias, en medio de la desesperanza y violencia en el país.
Recordó que, el año pasado, apoyaron a una señora –en este mismo cementerio– que relató varias historias sobre su madre fallecida y las vicisitudes que vivieron tras el huracán María, en 2017.
“Vemos mucha gente triste que se anima cuando hablamos con ellos y nos cuentan de sus seres queridos”, destacó la participante de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana.
El grupo, que vistió camisas verdes con un diseño creado por los jóvenes, unió esfuerzos con Servicios Funerarios Católicos para celebrar esta edición de la jornada, que se lanzó en medio de la pandemia de COVID-19 por iniciativa del arzobispo de San Juan, monseñor Roberto González.
“Todos los años, se hacen convocatorias en cementerios municipales. Años anteriores, lo hemos hecho en cementerios nacionales, pero este año, por el cierre del gobierno federal, no nos dijeron que ‘no’, pero hay un detente porque están cerrados”, explicó, por su parte, el diácono Enrique Resto.
Tras una misa de celebración por los Fieles Difuntos en el cementerio, los jóvenes salieron a orar por los visitantes. Estarían hasta las 4:00 p.m. brindando abrazos de consuelo a través de la oración.
Debido a la lluvia, el cementerio permanecía temprano con pocos visitantes, pero los líderes católicos esperaban que más personas llegaran en la tarde.
El padre Raúl Galarza, de la Parroquia San Francisco, estuvo a cargo de la misa, e insistió en que es “un momento de cercanía y acompañamiento” ante la realidad de Puerto Rico, donde muchos adultos mayores viven solos.
“Ellos (jóvenes) también recuerdan a sus seres queridos que también han partido. En este día que conmemoramos a todos los santos y difuntos, es importante mantener la esperanza viva de que nos vamos a encontrar algún día en esa patria del cielo”, resaltó.
Resto detalló, en tanto, que la actividad se celebró en diferentes cementerios en Bayamón, Guaynabo, Toa Baja y San Juan.
“Ellos se conmueven mucho. Hay que estar para que se escuchen historias de madres que perdieron sus hijos o una persona que ha perdido su esposo... Nunca hemos tenido una experiencia en la que alguien nos haya negado la oración, pero siempre se prepara y se les explica por si pasara”, comentó.
Los nombres de las personas fallecidas por las que oraron en los cementerios se compartirán en la misa de mañana, domingo, a cargo de monseñor González, a las 11:00 a.m., en la catedral de San Juan.
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