Desde el verano, cuando la administración de Donald Trump comenzó a trasladar activos a la región como parte de su llamada guerra contra el narcoterrorismo, el ejército de Estados Unidos ha acumulado una fuerza inusualmente grande en el Mar Caribe y en las aguas de la costa de Venezuela.

La Marina tiene ocho buques de guerra en la región: tres destructores, tres buques de asalto anfibio, un crucero y un buque de combate litoral más pequeño, diseñado para aguas costeras.

Los tres buques de asalto anfibio conforman un grupo de preparación anfibia y transportan una unidad expedicionaria de marines. Como resultado, esos barcos también tienen a bordo una variedad de helicópteros de la Marina, aviones de rotor basculante Osprey y aviones Harrier, que tienen la capacidad de transportar grandes cantidades de marines o atacar objetivos en tierra y mar.

Si bien los funcionarios no han ofrecido cifras específicas, los destructores y cruceros generalmente se despliegan con una carga que contiene misiles de crucero Tomahawk, un proyectil capaz de alcanzar objetivos a cientos de kilómetros de su punto de lanzamiento.

Un submarino de la Marina de Estados Unidos, el USS Newport News, también está operando en la zona más amplia de América del Sur y es capaz de transportar y lanzar misiles de crucero.

Un escuadrón de aviones avanzados F-35B Lightning II del Cuerpo de Marines de Estados Unidos ha sido enviado a una pista de aterrizaje en Puerto Rico. Los aviones fueron vistos por primera vez aterrizando en el territorio de la isla a mediados de septiembre.

Drones MQ-9 Reaper de la Fuerza Aérea, capaces de volar largas distancias y transportar hasta ocho misiles guiados por láser, también han sido vistos operando desde Puerto Rico por satélites comerciales y observadores militares, así como por fotoperiodistas, aproximadamente al mismo tiempo.

Se ha informado ampliamente que la Marina también está operando aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon fuera de la región.

A principios de este mes, el ejército publicó una foto de un AC-130J Ghostrider de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, un avión fuertemente armado capaz de disparar sus grandes cañones con precisión contra objetivos terrestres, estacionado también en la pista de aterrizaje en Puerto Rico.

Ha habido otros aviones militares que han volado temporalmente a través de la región como parte de las operaciones militares allí. Por ejemplo, la Fuerza Aérea de Estados Unidos voló un grupo de bombarderos B-52 Stratofortress a través de la región la semana pasada para lo que el Pentágono denominó una “demostración de ataque con bombarderos” en fotos publicadas en línea.

En total, hay más de 6,000 marineros e infantes de marina que ahora operan en la región, según los barcos que han sido confirmados por funcionarios de defensa.

El Pentágono no ha ofrecido cifras específicas sobre cuántos drones, aviones o personal de tierra hay en la región, por lo que se desconoce su impacto en esa cifra más amplia.