

18 de junio de 2025 - 11:31 PM
Seis de los dignatarios del G7 discutieron sobre la guerra de Rusia en Ucrania y el conflicto entre Israel e Irán, pero no lograron alcanzar acuerdos importantes sobre muchos de los temas principales, poniéndole fin a una cumbre que se vio obligada a intentar demostrar cómo el club de las naciones ricas aún puede moldear la política global a pesar de la partida anticipada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, y sus homólogos de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón se reunieron con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y el secretario de la OTAN, Mark Rutte, durante las sesiones finales del martes.
“Necesitamos el apoyo de los aliados y estoy aquí”, declaró Zelenskyy antes de agregar: “Estamos listos para las negociaciones de paz, un alto el fuego incondicional. Creo que es muy importante. Pero para esto, necesitamos presión”.
Los demás gobernantes acordaron tratar de combatir en conjunto lo que calificaron como políticas no comerciales que podrían poner en peligro el acceso global a minerales críticos. También se comprometieron a limitar los aspectos negativos de la inteligencia artificial en el mercado laboral y el medio ambiente, al tiempo que abrazan el potencial de la “revolución tecnológica”.
Se alcanzó consenso en otros temas, pero aunque la cumbre tenía como objetivo mostrar un frente unido en cuanto a las principales preocupaciones globales, no se emitió una declaración conjunta sobre el conflicto en Ucrania.
Zelenskyy tenía planeado reunirse con Trump durante la cumbre, pero el encuentro fue cancelado. Estados Unidos también firmó previamente un acuerdo que le otorga acceso a los vastos recursos minerales de Ucrania.
Un funcionario canadiense de alto rango dijo que Estados Unidos se opuso a una declaración conjunta sobre Ucrania en medio de sus esfuerzos por promover negociaciones con Rusia. El funcionario dijo que el hecho de que no habría una declaración conjunta se volvió evidente durante el primer día de la cumbre, aunque otros asistentes dejaron entrever que nunca hubo un acuerdo de consenso que se pudiera considerar seriamente.
El funcionario habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a discutir las deliberaciones de la cumbre.
En ausencia de Trump, los seis mandatarios restantes mantuvieron una extensa sesión sobre Ucrania. Al no haber unanimidad, cada uno de los dignatarios se reunió con Zelenskyy para asegurarle su apoyo.
La cumbre también quedó ensombrecida en gran medida por el conflicto en torno al programa nuclear de Irán que podría escalar. Israel lanzó ataques aéreos contra Irán, el cual ha respondido con misiles y drones.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se expresó en contra de que Estados Unidos y otras potencias busquen un cambio de régimen en Irán, dejando entrever que tal medida podría desestabilizar a todo Medio Oriente.
“Creo que el mayor error en este momento sería buscar un cambio de régimen en Irán por medios militares, ya que eso llevaría al caos”, dijo Macron .
Antes de partir, Trump se sumó a los otros mandatarios para emitir un comunicado diciendo que Irán “no debe tener nunca un arma nuclear” y pidiendo una “desescalada de las hostilidades en Oriente Medio, incluido un alto el fuego en Gaza”. Lograr unanimidad, incluso en un comunicado breve y de redacción amplia, fue un modesto éxito para el grupo.
Macron dijo que Carney cumplió su misión como anfitrión del G7 al preservar la unidad de la organización multilateral. “No deberíamos pedirle a la presidencia canadiense que resuelva todos los problemas del mundo hoy. Eso sería injusto”, dijo Macron, quien será el anfitrión del G7 el próximo año.
Carney dijo en sus comentarios finales del martes que la partida prematura de Trump se debió a la situación “extraordinaria” en Oriente Medio, no algo que ocurriera durante la cumbre.
“No hubo ningún problema”, dijo el primer ministro canadiense. “El señor Trump sintió que era mejor estar en Washington, y puedo entenderlo”.
Carney dijo que Canadá impondría nuevas sanciones económicas a Rusia y emitirá su propio comunicado de “apoyo inquebrantable para una Ucrania segura y soberana”. Al preguntarle si Estados Unidos presionó para suavizar cualquier posible declaración conjunta sobre Ucrania, Carney dijo que consultó con Trump mientras preparaba la redacción de su comunicado.
Aun así, la salida de Trump sólo sirvió para aumentar el drama de un mundo al borde de varias crisis, y de una cumbre que se quedó prematuramente sin su líder mundial más observado.
“Hicimos todo lo que tenía que hacer en el G7”, declaró Trump mientras volaba de regreso a Washington. Pero la situación se estaba volviendo incómoda incluso antes de que se fuera.
Después de la famosa foto del G7 en 2018 que mostraba a Trump y a la entonces canciller alemana Angela Merkel exhibiendo un lenguaje corporal poco amistoso, la edición de este año incluyó un dramático gesto de desdén de la primera ministra italiana Giorgia Meloni cuando el presidente francés Emanuel Macron le susurró algo al oído durante una mesa redonda el lunes.
Eso, y las preocupaciones sobre la guerra entre Rusia y Ucrania, el poco progreso en el conflicto en Gaza y ahora la situación en Irán han hecho que las cosas sean aún más tensas, especialmente después de que Trump impusiera severos aranceles a varias naciones que plantean el riesgo de una desaceleración económica global.
Los miembros del equipo comercial de Trump permanecieron en Canadá para continuar discutiendo los aranceles , incluido el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien se sentó a la mesa mientras los líderes mundiales se reunían con Zelenskyy.
La postura de Trump sobre Ucrania también lo pone fundamentalmente en desacuerdo con los otros mandatarios del G7, quienes son claros en que Rusia es el agresor en la guerra. Estados Unidos se negó a sumarse a las nuevas sanciones contra Rusia, y Trump declaró: “Cuando sanciono a un país, le cuesta a Estados Unidos mucho dinero, una enorme cantidad de dinero”.
Trump también dijo en la cumbre que no habría habido guerra en Ucrania si los miembros del G7 no hubieran expulsado a Putin de la organización en 2014 por anexarse Crimea. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el G7 ahora parece “muy pálido y bastante inútil” en comparación con “por ejemplo, formatos como el G20”.
Además, el presidente de Estados Unidos ha dado mayor prioridad a abordar sus quejas con las políticas comerciales de otras naciones que a la colaboración con los aliados del G7.
Ha impuesto aranceles del 50% sobre el acero y el aluminio, así como aranceles del 25% sobre los automóviles. Trump también ha fijado un impuesto del 10% sobre las importaciones de la mayoría de los países, aunque podría aumentar las tasas el 9 de julio, después de que expire el período de negociación de 90 días establecido por él.
Un punto positivo para Trump durante la cumbre llegó cuando él y el primer ministro británico, Keir Starmer, firmaron un marco comercial que se anunció previamente en mayo. Trump dijo que el comercio británico estaba “muy bien protegido” porque “me caen bien, por eso. Esa es su protección definitiva”.
Pero, al anunciar ese acuerdo, Trump dejó caer los papeles del nuevo acuerdo firmado al suelo. Starmer se agachó para recogerlos, explicando el martes que se vio obligado a abandonar el decoro diplomático, ya que cualquiera que intentara ayudar corría el riesgo de que el equipo de seguridad del presidente le disparara.
“Había reglas bastante estrictas sobre quién puede acercarse al presidente”, dijo Starmer, agregando que estaba " profundamente consciente de que en una situación como esa no habría sido bueno que nadie más hubiera dado un paso adelante".
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