La negativa obstinada del presidente del Senado José Luis Dalmau a considerar a cualquier candidato al Tribunal Supremo de Puerto Rico que sea nominado por el gobernador Pedro Pierluisi es indignante, independientemente de a quién haya seleccionado Pierluisi para llenar la vacante que surgió tras el retiro de la jueza Anabelle Rodríguez. Pero la designación al cargo de juez asociado del Tribunal Supremo del juez Roberto Rodríguez Casillas, quien ha sido nominado a distintos puestos en la judicatura por gobernadores tanto del Partido Nuevo Progresista como del Partido Popular Democrático, y quien ha tenido una larga y distinguida carrera judicial, pone en relieve la irresponsabilidad y el partidismo de la legislatura.