Unas ventas imparables, un calentamiento imbatible

A mí me maravilla que cuando se habla del mar no se mencione la posibilidad cada vez más cercana de que suban las aguas y, al cabo de pocos años, lo que queden sean escombreras donde antes estuvo la mansión por la que “Chino Cabezeta” pagó como diez millones, escribe Mayra Montero

23 de febrero de 2021 - 1:02 PM

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Se desconoce la cantidad de dinero que el hombre tiró al aire. (Shutterstock)

El titular y la noticia en sí mismos nos dejaron epatados, que es más que asombrados y menos que paralizados. Epatar es un verbo horrible, pero me siento mejor usándolo que soltando la manoseada “en shock”. ¿Estamos en shock? No. Estamos epatadísimos.

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