

El lente mediático, político e institucional ha puesto especial atención a la Universidad de Puerto Rico (UPR) y al proceso de elección de su presidenta en propiedad. No es para menos. La UPR es el principal centro docente y el espacio donde se ha gestado gran parte del poder académico e intelectual del país. Sin embargo, esta atención concentrada en la figura presidencial no debe distraernos del hecho de que los desafíos vinculados a la elección de Zayira Jordán Conde trascienden el cargo en sí. Lo que realmente está en juego es el reflejo de una Junta de Gobierno profundamente politizada y de una institucionalidad marcada por la injerencia partidista.
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