

19 de noviembre de 2025 - 11:10 PM


A lo largo de la historia, el teatro ha servido como un espacio para reflejar a las sociedades de sus respectivos tiempos. En ocasiones, esos reflejos pueden ser parodias que apuntan al humor para alivianar las dificultades de la vida. Otras veces, se trata de un ejercicio de educación histórica, representando sobre las tablas las historias de figuras importantes y de gran impacto. Pero, sin lugar a dudas, el teatro siempre ha servido como un lugar desde el que se puede criticar todas las luces y sombras de ese reflejo.
Entra a escena “Estampida humana”, una producción de la compañía chilena, Bonobo Teatro. La pieza, contada desde tres perspectivas, explora los espacios grises que surgen entre puntos de vista ideológicos, las contradicciones que pueden existir en ellos, y pone la mirada en la posibilidad de nuevos futuros. La obra narra la historia de una junta de vecinos, que debe enfrentarse a que un grupo de personas sin hogar comienza a ocupar la plaza del barrio, buscando navegar la situación de formas que no entren en conflicto con sus visiones particulares de mundo. Del mismo modo, un grupo clandestino de carabineros (policías) que han sido asignados a vigilar el área, quiere hacer su primer atentado para demostrarse al país y apoyar una nueva visión para Chile. Finalmente, en el tercer espacio, el grupo administrativo de una tienda de electrodomésticos intenta alzar sus ventas en medio de toda esta vorágine, y para ello no se priva de la idea de comenzar a usurpar y moldear discursos de izquierda para aumentar el consumo de sus productos dirigiéndolos hacia consumidores de esa línea de pensamiento en la que se mueve la historia.
“Estampida humana”, escrita por el dramaturgo chileno Pablo Manzi, se estará presentando en Puerto Rico como parte del quincuagésimo quinto Festival de Teatro Internacional, organizado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). La pieza, que se presentará del 20 al 23 de noviembre en el Teatro Francisco Arriví, se realiza gracias a la invitación del ICP y al apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, bajo la producción de Pública Espacio y de la productora Naíma Rodríguez.
“Vi unas similitudes entre lo que hacen ellos y lo que hacemos nosotros. Cuando tuve la oportunidad de ir a Chile, pude ver el proceso desde la idea inicial, y cuando regresé un año después pude ver la obra realizada. Me pareció algo extraordinario”, explicó Rodríguez, quien además trabaja junto al colectivo Teatro Breve, sobre el porqué de traer esta obra a Puerto Rico, razonando que oportunidades como esta fomentan el aprendizaje mutuo y el crecimiento entre artistas.
El actor Gabriel Cañas destacó que Bonobo ha sido una compañía de teatro que ha recorrido el mundo en sus 14 años de existencia, visitando festivales y eventos, y que en ese periodo han logrado mantener una unidad sostenida desde la amistad, el amor y la complicidad. A lo largo de ese tiempo, la compañía ha intentado explorar lo que pasa en su país de Chile, poniéndolo y poniéndose ante ese espejo que todo lo refleja.
La primera actriz Coca Guazzini ha colaborado con la compañía por primera vez en esta obra, luego de ser invitada. La destacada intérprete destacó el humor oscuro de la pieza y su habilidad de dejar hacer reír sin dejar de hacer claros sus argumentos sobre el país. “Es una obra que es fácil de entender, porque es algo que nos está pasando a todos, sobre todo a Latinoamérica”, dijo.
Cañas añadió que el proceso para llevar a la pieza a su punto actual fue uno largo y arduo, pues, como compañía, siempre parten desde un lugar que cuestiona, que se pregunta, que busca entender el material y lo que quiere decir. Reconoció que puede ser difícil entrar al material. Suelen hacer lecturas asignadas y discutirlas, por ejemplo, por eso sus obras se suelen demorar en “cuajar”. “Esta es una pieza que se pregunta sobre el futuro. ¿Es posible llegar a un futuro juntos? ¿Es posible tener un proyecto que pueda juntar varias ideologías o movimientos en este desierto?”, sostuvo el actor.
“Estamos viviendo eso, con decepción, pero también con ganas, con la posibilidad de creer en vivir en un mundo mejor. La obra nos hace mirar a esa posibilidad de futuro”, agregó Guazzini. “En el arte tenemos la posibilidad de encontrarnos. Nuestra gran lucha es insistir en que el arte es esencial. El arte es nuestro lugar de batalla”.
Rodríguez, por su parte, sostuvo que el poder compartir oportunidades como esta ayuda a poder ver qué cosas se tienen en común y cómo se cuentan las historias que, de cierto modo, reflejan al país, que en obras como “Estampida humana”, pueden ser todos los países. “Es una oportunidad de vernos”, concluyó.
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