

28 de junio de 2025 - 11:10 PM
Establecer la lista de invitados es el paso primordial al momento de empezar a organizar una boda. El presupuesto total, el lugar de la celebración, la disposición de las mesas, los servicios catering y coctelería, el menú, la ambientación y todos los demás aspectos del evento dependerán de la cantidad de asistentes.
Como pareja, llegar a un consenso sobre a quién incluir (y a quién dejar fuera) de su gran día, suele ser la parte más difícil o incómoda del proceso de planificación, ya que escoger entre familiares, amistades y otras personas significativas en la vida de cada cual puede detonar conversaciones delicadas y despertar tensiones.
Para hacer la tarea de selección menos complicada y minimizar el drama, consultamos a la experimentada coordinadora de bodas Yaska Crespo,, quien compartió con Magacín cuáles son los criterios más importantes al decidir quién merece una invitación a tu casamiento. ¡Toma nota!
La ilusión de comprometerse y soñar con la boda perfecta muchas veces hace que se pasen por alto aspectos importantes. Determinar el número de invitados es el factor principal.
“Muchas parejas empiezan a planificar sin siquiera hacer la lista de invitados antes, y eso es lo primero que deben hacer”, advierte Crespo, coordinadora de eventos con una trayectoria de más de una década que la ha posicionado como una referente en la industria.
“Hay gente que sueña toda la vida con hacer su boda en un lugar específico y, cuando van a hacer la lista, se dan cuenta de que los invitados no caben allí o el espacio es limitado”, señaló al dar ejemplo de cómo la cantidad de personas invitadas es determinante en la organización del festejo.
Además de la cantidad, Crespo señala que es clave considerar las necesidades especiales de algunos invitados. “Si hay personas mayores, con dificultades de movilidad o un abuelo muy importante para los novios, hay que evaluar si el lugar es accesible y si pueden estar muchas horas en la celebración”, explicó la coordinadora.
La manera más conveniente y justa para hacer la selección de invitados es establecer criterios consistentes, aplicables al entorno de ambas partes, ya sean familiares, amistades o compañeros de trabajo. También es importante evaluar el vínculo con cada persona de forma honesta. Para esto, Crespo sugiere algunas preguntas:
No hay que perder de vista que, al final del día, los protagonistas y motivo de la boda son los novios, así que no deberían invitar a nadie por obligación o mera cortesía, sino a quienes verdaderamente quieran que les acompañe en la celebración de su amor.
Familiares: Por lo general, la familia cercana es el grupo prioritario en una lista de invitados. Las madres y padres de la pareja, hermanos, hermanas, e incluso se puede extender el círculo a tíos y primos cercanos. Pero tener un vínculo familiar no significa tener una relación cercana o significativa. Si hay personas de la familia con las que no existe un trato cordial o pudieran generar incomodidad, no hay por qué incluirlas en la lista por compromiso. “Es el día de los novios y el disfrute de ellos es la prioridad”, enfatiza la experta.
Amistades: Las amistades de toda la vida, las más cercanas y las que han estado presentes en momentos importantes de la pareja merecen su lugar en la lista de invitados. Crespo sugiere hacer un ejercicio de memoria honesto: ¿quién estuvo ahí durante el compromiso, o celebró contigo tus logros más recientes? Lo ideal es que ambos sientan que sus relaciones importantes están representadas ese día y las amistades en común pueden facilitar esta tarea.
Compañeros de trabajo: Los colegas, en muchos casos, comparten con nosotros más horas al día que el resto de nuestros seres queridos. Incluso, debido al tiempo compartido y la afinidad desarrollada por la cercanía, algunos de ellos son ascendidos a la categoría de amistad. Sin embargo, puede ser un área gris. “La pregunta que hay que hacerse en esos casos es: ‘si yo mañana dejara de trabajar allí, ¿seguiría frecuentando a esta persona?’“, sugirió Crespo.
Invitados de los padres/madres: Cuando los padres contribuyen al presupuesto de la boda, es común que se les conceda un cupo de invitados. Sin embargo, Crespo señala que es importante discutirlo con honestidad y establecer desde el principio cuántas personas podrán invitar por su parte, para evitar sorpresas o desacuerdos.
Permitir que un invitado lleve pareja o acompañante (“plus one”) depende del presupuesto y del tamaño de la boda, ya que cada persona adicional representa un costo y plato extra. La recomendación general es ofrecer plus one solo a quienes estén casados, comprometidos o mantengan una relación estable desde hace tiempo y tengan vínculo con los novios. En bodas más íntimas o con presupuesto ajustado, no es necesario extender esta cortesía.
Otros de los temas más delicados a la hora de organizar una boda, es decidir si se permitirá que haya o no niños.
“Es una celebración de adultos, con música alta, consumo de alcohol y que suele extenderse por muchas horas. La realidad es que no es el ambiente ideal para los niños pequeños”, explicó Crespo. Sin embargo, si hay niños cercanos que los novios desean incluir, pueden participar de la ceremonia y retirarse luego del primer tramo del evento.
Para quienes tienen el presupuesto, una alternativa es contratar servicios de entretenimiento, juegos o área de cuido para los más pequeños, en un espacio aparte del salón principal. Aun así, advierte Crespo, no todos los padres se sienten cómodos dejando a sus hijos bajo el cuidado de extraños, así que no siempre es una solución efectiva.
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