No hay obstruccionismo en la Cámara de Representantes, pero el líder demócrata, Hakeem Jeffries, esencialmente llevó a cabo uno de todos modos.

Jeffries mantuvo el uso de la palabra en la Cámara durante más de ocho horas el jueves, tomándose su “dulce tiempo” con un discurso maratónico que retrasó la aprobación de la legislación republicana masiva de recortes de impuestos y gastos y le dio a su partido minoritario un largo protagonismo para criticar lo que llamó un proyecto de ley “inmoral”.

Como líder demócrata, Jeffries puede hablar todo el tiempo que quiera durante el debate sobre la legislación; de ahí su apodo en el Capitolio, el “minuto mágico”, que dura mientras los líderes estén hablando.

Comenzó el discurso a las 4:53 a.m. EDT, e iba camino de romper el récord establecido por el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, republicano por California, en 2021, cuando era el líder del Partido Republicano. McCarthy habló durante ocho horas y 32 minutos cuando criticó airadamente la legislación demócrata “Reconstruir Mejor”, rompiendo un récord establecido por la representante Nancy Pelosi, demócrata por California, cuando habló sobre inmigración durante 8 horas y 7 minutos en 2018.

“Siento la obligación, señor Presidente, de pararme en esta Cámara y tomarme mi dulce tiempo”, dijo Jeffries al inaugurar.

El discurso retrasó una votación final sobre el proyecto de ley fiscal del presidente republicano Donald Trump, que inicialmente se esperaba en la madrugada, hasta las horas de luz del día. El demócrata de Nueva York aprovechó el tiempo para criticar los recortes de atención médica y ayuda alimentaria del proyecto de ley, las exenciones fiscales para los ricos y las reversiones a los programas de energía renovable, entre otras partes del proyecto de ley que los demócratas denuncian.

También mató el tiempo improvisando sobre el hip-hop, el rey Jorge III y la historia de su propia vida, entre otras diversiones. Llamó a los republicanos que han expresado su preocupación por el proyecto de ley, leyó historias de personas preocupadas por su atención médica de los distritos de esos legisladores republicanos y elogió a sus propios miembros, algunos de los cuales se sentaron detrás de él y vitorearon, aplaudieron, rieron y unieron sus manos.

“Este imprudente presupuesto republicano es un documento inmoral, y es por eso que estoy aquí en el pleno de la Cámara de Representantes con mis colegas del caucus demócrata de la Cámara para levantarme y rechazarlo con todo lo que tenemos”, dijo Jeffries.

Jeffries comió pequeños bocados de comida y bebió líquidos para aumentar su energía, pero no salió de la cámara ni de su podio. El discurso terminaría si lo hiciera.

Los demócratas no pudieron detener el enorme proyecto de ley, que los republicanos están aprobando mediante un oscuro procedimiento presupuestario que elude el obstruccionismo del Senado. Así que estaban usando los poderes que tienen, principalmente para retrasar. En el Senado, el líder demócrata Chuck Schumer, de Nueva York, obligó a los secretarios del Senado a leer el proyecto de ley durante casi 16 horas durante el fin de semana.

El senador Cory Booker, demócrata por Nueva Jersey, también llamó la atención en abril cuando habló durante más de 25 horas en el pleno del Senado y rompió el récord del discurso continuo más largo en el pleno del Senado en la historia de la cámara. Booker fue asistido por otros demócratas que le dieron un descanso al hablar haciéndole preguntas en el pleno del Senado, pero el “minuto mágico” de Jeffries no permitió ninguna interacción con otros miembros.

Los republicanos que estaban sentados en el pleno cuando Jeffries comenzó salieron a gotear, dejando la mitad de la cámara vacía. Y mientras esperaban ansiosamente su voto, algunos se burlaron de él en las redes sociales.

“Cualquier cosa que vuelva loco al líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, debe ser buena”, publicó el senador de Carolina del Sur Lindsey Graham. “Aprueben ahora el Gran y Hermoso Proyecto de Ley”.