18 de septiembre de 2025 - 11:10 PM
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Puerto Rico buscaba dejar atrás el vacío que experimentó durante los previos 50 años, donde la carencia de proyectos culturales iba de la mano del proceso de americanización comenzado por el Ejército de Estados Unidos una vez completada la invasión durante la Guerra Hispano-estadounidense de 1898.
Fueron muchos los funcionarios y académicos que en ese momento buscaban traer a Puerto Rico al Siglo XX educando con ímpetu a todas las comunidades, en todos los municipios. Fue en este contexto que don Ricardo Alegría asume la dirección del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) y comienza con una serie de proyectos culturales destinados, no solo a fomentar el amor por las artes, sino a mejorar el currículo de estudios del sistema público de enseñanza.
“En la década del 1940 comienzan las reformas tímidamente, pero en el 1955 es que se establece el ICP. Algo irónico, tomando en cuenta que, bajo el contexto de la Guerra Fría, donde se rechazaba el nacionalismo político, el gobernador Luis Muñoz Marín da la orden para crear una institución que fortalecería el nacionalismo cultural puertorriqueño”, explicó Jaime Rodríguez Cancel, ex subdirector ejecutivo del ICP entre 1973 y 1993, y autor del libro “Historia del ICP entre 1955 y 1993”.
Parte de los proyectos culturales que trajo en agenda Alegría una vez asumió el timón del ICP, explicó el catedrático, fue la creación de un museo rodante, con la misión de llevar ejemplares originales de obras de artistas puertorriqueños a cada rincón de la isla.
“Tuve el privilegio de conocer muy de cerca a don Ricardo, fue mi jefe, mi profesor y mi mentor. Siempre tuvo, y más en esos años durante la fundación del ICP, una gran preocupación de que había que llevar el conocimiento y promover la cultura en las zonas más apartadas de Puerto Rico. Ese era el gran reto”, explicó Rodríguez Cancel en entrevista con El Nuevo Día.
“Don Ricardo comenzó a desarrollar esa idea con ese propósito y, en segundo lugar, con el propósito de aportar a la formación escolar de los estudiantes de escuelas públicas, que era un área que estaba bastante desventajada”, añadió.
Según Rodríguez Cancel, aunque su existencia fue breve, el Museo Rodante del ICP fue único en su clase.
“Fue anunciado por Ricardo Alegría en 1957, apenas dos años después de inaugurado el ICP, y tendría como propósito llevar una muestra representativa, en este caso era una muestra de arte, a los públicos que no podían asistir a los museos de San Juan”, dijo.
El 17 de julio de 1959 el museo inicio su rodaje por todos los pueblos de la isla, menos uno, en el cual el propio don Ricardo recordaba que no se pudo ingresar debido a la estrechez del puente de entrada al municipio.
“A mí me da vergüenza tener que decir que nunca le pregunte a don Ricardo cuál fue ese pueblo donde no pudieron entrar porque el acceso era un puente estrecho, de esos antiguos. Eso fue tremendo ‘strike’”, bromeó cándidamente el catedrático.
La inauguración del Museo Rodante del ICP fue en Barranquitas, relató Rodríguez Cancel, durante una actividad de conmemoración del natalicio centenario de Luis Muñoz Rivera, y de ahí comenzó la ruta por toda la isla, hasta concluir su jornada el 31 de marzo de 1961 en San Juan.
“Estuvo operando alrededor de dos años, recorriendo los pueblos. Visitó unos 50 pueblos impactando a más de 300,000 personas como asistentes. Indiscutiblemente fue un éxito”, dijo el catedrático a la vez que explicó que toda la información sobre el museo fue recopilada de los archivos del ICP.
En un artículo de la autoría del propio don Ricardo, publicado en la edición número 6 de la Revista del ICP, de enero a marzo de 1970, páginas 48 y 49, el entonces director de la agencia cultural describe el concepto del Museo Rodante en sus propias palabras.
“El Museo Rodante consta de un tractor y un camión de arrastre, especialmente diseñado por el arquitecto francés Abraham Peer. Su techo, piso y paredes se expanden telescópicamente produciendo una sala de exposiciones amplia y libre de tabiques interiores. Esta unidad móvil fue adquirida por el ICP en Francia y ya había sido usada por la Oficina de Información de Estados Unidos”, señala el artículo.
Rodríguez Cancel explicó que el vehículo constaba de un tractor que remolcaba un vagón acondicionado de manera que las personas pudieran acceder cómodamente mientras se paseaban entre las obras.
El profesor explicó, además, que el uso del vehículo por parte de la Oficina federal de Información era parte de lo que llamó una “batalla cultural” en el contexto de la Guerra Fría (1950-1990).
“En la década de 1950, dentro del arte, hubo una gran batalla en Europa, luego de la Segunda Guerra Mundial, y se utilizó mucho el arte y las actividades culturales para fomentar la posición e influencia de Estados Unidos dentro de la Guerra Fría. Ese era el mismo uso que don Ricardo le dio a este vehículo en Puerto Rico, pero con el propósito de fomentar la cultura de Puerto Rico”, explicó.
Rodríguez Cancel explicó que era el propio don Ricardo, con su conocimiento sobre el arte, quien se encargaba directamente de curar las obras que se presentaron en el Museo Rodante del ICP.
“Él era el curador y tenía criterio de sobra para serlo”, dijo el catedrático. “Además de haber estudiado en Harvard, estuvo trabajando en varios museos importantes de Estados Unidos y Europa”.
“Cuando se hace director del ICP, comienza a crear comisiones asesoras, porque no había nada de eso. Entonces crea una comisión para adelantar los proyectos de arte y, en ese proceso, mucha gente, narra él mismo, pasaba por sus oficinas y le donaban obras importantes. Pero también, cada vez que alguien venía a vender un (José) Campeche o un (Francisco) Oller, sacaba de su propio bolsillo, la compraba y la donaba al ICP. Aquí no había nada de asignaciones de fondos, ni nada de eso, solo su generosidad y compromiso con sus proyectos culturales”, recordó Rodríguez Cancel.
El historiador lamentó que no existiera evidencia en récord de la manera en que don Ricardo ideó organizar el catálogo de obras que se mostraría en la exposición rodante a través de la isla.
“Posiblemente hizo una selección retrospectiva, lo más amplia posible, con una visión panorámica del arte puertorriqueño, que definitivamente tenía que ser el objetivo de una exposición de esa naturaleza. No solo para un público general en los municipios, sino también para los estudiantes del sistema público”, explicó.
Rodríguez Cancel señaló que don Ricardo fue parte de una generación de funcionarios que dedicaron sus vidas al desarrollo de la educación y la cultura en Puerto Rico.
“Hoy en día hay un menosprecio brutal con el ICP, pero no hay una memoria de sus logros. Esto es una batalla vieja contra esta visión de la cultura como un obstáculo a la anexión política, pero nosotros nos hacemos un daño terrible eliminando nuestra cultura”, sentenció.
Las noticias explicadas de forma sencilla y directa para entender lo más importante del día.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: