Desde los orígenes, el teatro puertorriqueño ha sido instrumental en el proceso de la crítica social y en la formación de nuestra cultura. En efecto, más allá de sus fines de entretenimiento, ha sido reflejo vivo de las realidades de nuestra vida de pueblo, a la vez que ha servido como canal de nuestras aspiraciones y registro vivaz de nuestra historia. Así establecido, es menester reconocer no solo su contribución artística y social, pero, además, afirmar la obligación de espíritu que debería conducir al gobierno, al sector privado y a los medios de comunicación a brindarle su más alentador apoyo y asistencia económica como parte de la mejor agenda de desarrollo cultural.

Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: